viernes, 30 de enero de 2009

La evaluación debe ser vista no solo como una acción orientada a valorar el
Grado de cumplimiento de los propósitos de aprendizaje sino, fundamentalmente,
Como una acción de intervención que permita al sujeto la reconstrucción de los
Contenidos a aprender.
El interés del docente-evaluador debe enfocarse a establecer el grado en que
Los estudiantes han logrado construir o elaborar conocimiento, gracias a la ayuda
Pedagógica y al uso de sus propios recursos y a determinar si los estudiantes
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Son capaces de otorgar significado funcional a los contenidos para utilizarlos en el
futuro.

Se reconocen en estos momentos diversas posibilidades de desarrollo de la actividad de evaluación del aprendizaje:
· la evaluación de carácter formativo,
· la evaluación inicial y diagnóstica,
· la autoevaluación.

El proceso evaluativo en la perspectiva de los enfoques centrados en el aprendizaje enfatiza las modalidades diagnóstica y formativa, restándole importancia a lo sumativo, entendido solamente como la certificación de logros o resultados.

La evaluación basada en competencias se interesa en los resultados expresados en un desempeño concreto; se orienta a valorar el desempeño real del alumno, el cual sintetiza los conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y valores involucrados en la realización de una función o actividad.

Los recursos técnicos que pueden utilizarse para obtener la información necesaria para la valoración de los aprendizajes pueden agruparse en tres tipos básicos:
· Aquellos en los que el evaluador (docente o externo) observa y registra información directa del desempeño de los estudiantes en el aula o en otros espacios de formación (observación directa).
· Los que se basan en el análisis de documentos y otros productos del proceso de aprendizaje (observación indirecta).
· Los recursos en los que el evaluado (estudiante) reacciona a los estímulos orales o escritos que presenta el evaluador (entrevistas, cuestionarios, encuestas, escalas, etc.) instrumentos de medición en sentido estricto.

Los recursos de evaluación son muy diversos y, en muchos casos, coinciden con métodos y técnicas centradas en el aprendizaje. Esto permite corroborar el supuesto de que la enseñanza, el aprendizaje y la evaluación constituyen un circuito recurrente e inseparable.

Un factor esencial en el cambio hacia nuevas formas de evaluación se encuentra en la resignificación de la evaluación para los profesores, estudiantes y las autoridades institucionales. Si se mantiene la concepción tradicional de la evaluación, asociada exclusivamente a la acreditación-certificación, difícilmente se logrará un impacto favorable en la transformación de estas prácticas para hacerlas congruentes con los enfoques centrados en el aprendizaje.

1 comentario:

Nefertiti dijo...

Cuál es la referencia bibliográfica de dónde tomas el texto que incluyes en tu blog?? salu2.